La mentalidad empresarial es una forma de pensar y de actuar concreta que busca que cada una de las acciones que se lleven a cabo en una empresa respondan a una intención de negocio y de rentabilidad.
Tal vez no te lo hayas planteado aún, pero si eres empresario o estás emprendiendo tu negocio desde cero, es imprescindible que hagas un cambio en el modelo mental.
Sé consciente de que ser empresario no trae consigo una mentalidad empresarial de manera automática, aunque por suerte es una actitud que se puede aprender y aplicar de la mano de profesionales de empresa.
En este post te vamos a dar las claves para que puedas desarrollar desde hoy un pensamiento de negocio y adquieras las habilidades asociadas a un mindset empresarial.
Las claves para conseguir una mentalidad de negocio
Todo tu universo mental tiene que girar en torno al principio de que tu empresa ha de ser rentable en el menor tiempo posible.
Para saber si estás trabajando bajo este paradigma, formúlate la siguiente pregunta:
¿Lo que estoy haciendo me acerca a mi propósito empresarial?
Si la respuesta es sí, vas por el buen camino.
Si la respuesta es no, lee con atención el listado que te traemos hoy sobre 7 puntos clave en los que centrarte desde el inicio:
1. Trabaja con un pensamiento estratégico
Ser estratégico es la base para pensar como un empresario. No suele ser una habilidad con la que se nazca, pero tranquilo porque se aprende.
Antes de poner en marcha cualquier estrategia hay que hacer un trabajo de autoconocimiento empresarial, que, entre otros aspectos, te ayuda a:
- Conocer a dónde quieres llegar: tener un propósito claro es esencial.
- Analizar en qué punto estás ahora y lo lejos que estás de alcanzar tu meta.
- Diseñar el camino: es precisamente la estrategia, cómo vas a llegar del punto actual al punto de meta.
A partir de aquí, podrás medir tus resultados, evaluando y flexibilizando tu estrategia cuanto necesites para seguir siempre tu rumbo marcado.
2. Define tu catálogo de servicios y de precios
Sobre todo al principio, cuando tienes que dedicar muchas horas a tu organización y a otras tareas que aún no puedes delegar, será conveniente que reflexiones acerca de cuáles son los servicios con los que vas a obtener una mayor rentabilidad.
Con un “menú” de servicios más reducido, y más especializado a su vez, perderás menos tiempos en averiguar cómo hacer alguna tarea nueva o qué precio ponerle para que esté en mercado y sea atractivo para tu cliente.
3. No dejes pasar la importancia de la toma de decisiones
Algunos empresarios utilizan el sistema de prueba y error para tomar decisiones sin bloquearse, pero créenos; en caso de duda es mejor asesorarse que perder dinero.
De manera muy resumida, estos son los pasos mínimos por los que necesitas pasar para tomar una decisión de manera empresarial:
- Analizar la situación.
- Valorar el impacto de cada alternativa.
- Escoger la opción más acorde a tu estrategia.
- Aplicar e implementar la decisión.
- Evaluar y analizar los resultados.
4. Aprende a gestionar el tiempo con planificación y organización
Es probable que ya te hayas dado cuenta de lo difícil que es llevar la organización diaria de tu negocio.
Aquí, te aconsejamos que establezcas prioridades por periodos. Planifícate primero por objetivos trimestrales y después ves partiéndolos en objetivos mensuales, semanales y luego diarios; solo así serás productivo sin perder de vista tu objetivo.
5. Automatiza procesos en las tareas repetitivas
Dentro de cualquier empresa, ya sea grande o pequeña, existen una serie de procesos que llevar a cabo, pero que no aportan valor al cliente.
Regístralos desde el principio y así el día de mañana, cuando contrates a alguien para tu equipo o a algún asistente externo, serán las primeras tareas que podrás delegar.
6. Entiende la rentabilidad financiera y económica de un negocio
Esta es la parte técnica que casi seguro ya tienes delegada, o estás a punto de delegar, en una asesoría, sin embargo, es imprescindible que tú también la entiendas para marcarte objetivos económicos teniendo en cuenta todos tus gastos fijos.
No obvies tus obligaciones financieras como emprendedor a la hora de calcular cuál debe ser tu margen de beneficio para que tu empresa resulte rentable.
¡Ah!, y no olvides que siempre vas a necesitar contar con tu colchón financiero (pincha aquí si quieres saber más sobre este tema)
7. Reflexiona sobre la gestión de los riesgos
La gestión de riesgos, o risk management, es la capacidad de anticiparse a los posibles riesgos externos a los que no está ajena tu empresa.
- Pueden ser riesgos financieros,
- Informáticos,
- Operativos,
- De responsabilidades legales, etc…
Conclusiones para desarrollar una mentalidad empresarial con éxito
Para desarrollar una mentalidad empresarial de éxito, el primer paso es pensar que tú eres el gran responsable de que “tu empresa sea rentable”
Recuerda:
«Algunos sueñan con grandes logros, mientras que otros se quedan despiertos y actúan», ¿de qué grupo quieres ser tú?
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